viernes, 10 de mayo de 2013

Mujeres que renacen


Más de las puestas de sol, más del vuelo de un pájaro, la cosa más maravillosa de todas es una mujer que renace .

Cuando se levanta después de la catástrofe, después de la caída.
Cuando uno diría : ya está, se acabó...no, nunca se acaba por una mujer.
Una mujer siempre se levanta, incluso cuando no se lo cree ni ella, incluso si no quiere.
No hablo sólo de los inmensos dolores, de aquellas profundas heridas que hacen la muerte o las enfermedades.

Estoy hablando de ti, que esta mala racha parece que no se acabe nunca, que te estás jugando tu existencia en un trabajo duro, porque es un examen cada mañana, peor que en la escuela.
Tu, juez implacable de tu misma, que de como tu jefe te mirará, decidirás  si estas a la altura o si  tienes que condenarte.
O hablo de ti, que tienes miedo incluso a dormir con un hombre, que estás asustada de que te quiten el aire,  que no flirteas con nadie porque te aterroriza que alguien entre en tu vida.
Aun peor, si luego te enamoras ... ya sabes que vas a  sufrir como un perro.
Estás cansada, siempre hay alguien con quien  tienes que justificarte, que desea cambiarte, o que tengas que cambiar tu para tenerlo a tu lado.
Así te estás cultivando la soledad en tu casa.
Sin embargo te auto engañas  y también cuando hablas con las otras: " Estoy bien, estoy bien, estoy mejor así."
Y el cielo se baja de otra palma de mano.

O con ese tipo que has decidido ir a vivir juntos,  has vivido Navidades y Semanas Santas.
A este hombre  has entregado tu alma y  ha pasado mucho tiempo, y has puesto tanta alma  que un día  empiezas a buscarte en el espejo, porque no sabes en lo que te has convertido.
En cualquier caso, ahora estás aquí y se, que hubo un momento en que miraste hacia abajo y viste que tus pies estaban en el cemento.
Te sentías atrapada: en tu historia, en tu trabajo, en tu soledad.
Y fue crisis, y lloraste.

Dios como lloráis!
Tenéis un manantial en el estómago.
Lloraste  en una calle llena de gente, en la estación del metro, en la moto. Así, de repente. Y no podías parar.
Y aquella noche cogiste el coche y condujiste durante horas, porque el aire oscura te secara las mejillas ?

Y entonces excavaste y hablaste, cuanto habláis chicas!
Lágrimas y palabras. Para entender, para sacar una raíz larga seis metros que de un sentido a tu dolor.
"¿Por qué lo hago? ¿Cómo es que siempre repito el mismo patrón? ¿Estoy loca?"
Todas se lo preguntan.
Luego bajas con la excavadora en tu historia, a dos, cuatro manos y saltan miles de pedazos . Un rompecabezas inextricable.

Aquí es donde todo comienza. ¿No lo sabías?
Y es de este gran valor de mirarte dentro y verte fragmentada en mil confeti, que comenzarás de nuevo.
Porqué una mujer empezará otra vez, tiene en su interior un instinto que la hará seguir adelante.
Necesitarás una estrategia para inventarte un nuevo yo.
Porque tienes que conocerte otra vez , tienes que presentarte a tí mismo.
Ya no puedes ser la que eras antes...antes de la excavadora.
¿No estás emocionada?
Enamorase de nuevo de tí misma, o hacerlo por la primera vez, es como un motor diesel.
Empieza lentamente tienes que insistir.
Pero cuando se enciende, se da a la fuga.
Es una aventura renacer .
La más grande.
No importa de dónde decidas empezar, si desde la casa, desde el color de las cortinas o del corte de pelo.

Siempre me han gustado las mujeres que renacen por esta maravillosa manera de gritar al mundo "soy nueva", con una falda de flores o un rizo rubio recién hecho.
Porqué todo el mundo tiene que entender que  "Cuidado, estamos trabajando para ustedes, pero sobretodo para nosotras mismas!".

Más que los amaneceres, más que el sol, la mujer que renace es la mayor maravilla.
Para los que se la encuentran y para sí misma.
Es la primavera en noviembre.
Cuando menos te la esperas ...


                                           Jack Folla

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