lunes, 10 de junio de 2013

REFLEXIONES DE UN PESCADO CONGELADO

Soy un pescado blanco, creo. Bueno quizás fuese un pescado azul antes pero llevo unos meses congelado y lo único que permanece azul en todo mi cuerpo son mis ojos, cuando no están rojos de tanto llorar, claro. ¿Sabíais que los congelados también lloran? A mi no se me habría ocurrido nunca. Es sorprendente, que uno nunca deje de aprender, ni siquiera en los momentos menos sospechados, como este mio de congelado.
Es extraña esta fase mía, me pregunto si realmente servirá  de algo. Si estaré congelado para sacar de algún apuro una comida o cena en uno de esos días perezosos de domingo en los que uno se entrega al placer de si mismo, colgando por unas horas ese pesado abrigo de escamas.
Al pasar tantas horas aquí solo, a uno le dar por pensar y me entretengo imaginando mi final. Si seré.., compartido con deleite, entre besos, arrumacos y dulces tragos de vino por alguna joven pareja de enamorados, o si por el contrario serviré de ridículo motivo de disputa, acompañado de gritos, rociado en lagrimas y descongelado a modo rápido, al compás de la histriónica melodía de un disco rayado que nadie para. Todo para, nada, y ser finalmente desechado a los escombros sin apenas ser bocado de uno u otro. No existen más amargos tragos y peores resacas que esas del llanto. En estos casos y si es por desamor, siempre hay uno que bebe más. En mi caso, fui yo.
Sufrí un coma etílico y desperté en una sala blanca, solo, desnudo, arropado de un film transparente para que se me pueda reconocer, sin tener que entretenerse en mirar que hay dentro. Sí, cubierto pero muerto de frío. Llevo así unos meses. Y aunque me diagnosticaron una intoxicación yo estoy seguro de que fue un paro cardíaco. Mi corazón dejo de bombear pensamientos bonitos, paró de pronto. No recuerdo si fue o no por un grito.
A veces me da por pensar más de la cuenta y entonces es cuando mis ojos adquieren ese tono rojo. Tengo que tener cuidado de no llorar demasiado, podría descongelarme por accidente y estropearme del todo, antes de tiempo. Me consuela pensar que si estoy congelado es porque todavía sirvo, lo triste es, saber que para el que me ha probado antes ya nunca más seré fresco.
Dicen que hay muchos peces en el mar pero yo os aseguro que también tendrá que haberlos congelados como yo. Porque sí, hay muchos peces en el mar, pero ¿cuántos saben pescar?.  Y si no saben, pero tuvieron suerte y picó el anzuelo, ¿cuando se repetirá?. ¿Estaré congelado por eso?.
No sé si mis reflexiones de congelado, lograrán algún día salir de esté cajón. Pero si lo hacen y los lees, hazte un favor. Levantarte, vete a la cocina y mira en tu congelador. Igual te sorprendes y encuentras a alguien, o lo que es peor, igual al ponerte a desenvolver descubres que llevas instalado ahí unos meses, como yo.
Fíjate bien en tu alrededor, porque  cualquiera puede ser un congelado. Se nos reconoce fácilmente, estamos blancos del susto, tenemos una película en los ojos y no sabemos a nada. 

                                            Pescado Congelado 

No hay comentarios: